¡CARIÑO, FELIZ CUMPLEAÑOS!
¡ESTE AÑO LO CELEBRAMOS EN CASA!
El cumpleaños es el aniversario del nacimiento de una persona. Por ejemplo, de nuestro hijo. Es importante celebrarlo, porque estamos contentos de que hayas nacido, porque te queremos, por eso, vamos a hacer una fiesta de cumpleaños, de ¡feliz cumpleaños!
No es una lata, es una alegría. Cada familia tiene su estilo y, a veces, dependiendo de las situaciones, lo haremos de una u otra manera.
A mí me gusta celebrar el cumpleaños en casa, con los amigos del cumpleañero.
Cuando son pequeños, invito a toda la clase. A lo mejor pensáis que estoy loca, (pero no lo estoy), o que mi casa es enorme (que no lo es), o que tengo buen carácter (que por supuesto, no tengo).
Compro unas invitaciones chulas y más o menos con una semana de antelación las reparte.
Eso sí, pido confirmación de la asistencia. Si algún papá quiere quedarse es bienvenido, pero la verdad, no es necesario y me atrevería a decir que todo fluye mejor cuando los papis no están.
Suelo celebrarlo en sábado, porque por la tarde después del cole están más cansados y más nerviosos.
Pues bien, yo los convoco el sábado sobre las 12.00 y acabamos a las 14.00.
LOS REGALOS DE UN FELIZ CUMPLEAÑOS
En relación a los regalos, pienso que cada uno haga lo que quiera: ¿que se juntan varios para hacer uno conjunto? perfecto.¿Que no has podido traer nada? :Perfecto. ¿Que nos juntamos con tantos como invitados? perfecto. Y se lo van dando conforme llegan, con mucha naturalidad (es de buena educación abrir el regalo delante de la persona que te lo regala), porque es verdad que lo de menos son los regalos, y asi no hay agravios comparativos.
Yo, personalmente, creo que es educativo que cada uno lleve algo porque es de buena educación. Cuando voy a cenar a casa de algún amigo, siempre llevo algo: por ejemplo, unas flores para la mamá o un detalle para los niños de la casa, además de lo que sea que hayamos quedado en llevar (vino, postre, o nada).
A los niños les encanta regalar, y es nuestro trabajo el enseñarles a hacerlo, así como enseñar a recibir con gratuidad aquello que tu amigo te regala con tanto cariño, porque también él está contento por tu cumpleaños, y te agradece de esta manera que le hayas invitado. Pero para gustos, colores, y como ya hemos comentado otras veces, cada familia es cada familia.
¡¡ÉXITO ROTUNDO!!
El año pasado en el cumpleaños de Guadalupe, nuestra peque de 5 años, preparamos unos talleres de pizza y hamburguesas.
Las niñas se lavaron las manos. Yo preparé carne picada y las niñas hicieron bolitas pequeñitas que yo ponía en la sartén poco a poco. Con un kilo de carne no os imagináis la cantidad de hamburguesas que salieron. Platos con tomate a rodajas, Bacon, queso en lonchas y lechuga cortada así como botes de ketchup repartidos por la mesa, y minipanecillos de minihamburguesas completaban el conjunto de ingredientes de este delicioso platillo.
Las masas de pizza fresca las compré en mi supermercado habitual, las extendí con mi rodillo mágico y las fui cortando en 6 partes iguales cada una como si repartiera una pizza ya cocinada. Unos boles con tomate frito, queso rallado y trocitos de jamón de York repartidos por la mesa y voilà: cada uno confeccionaba su «pizza».
La tarta, la de toda la vida, la de galletas con chocolate que hacía mi madre.
Cuidar los detalles es fundamental:
Pongo la mesa muy bonita, y si es posible, de algún tema que le guste a la criatura. Con Andrés fueron los Vengadores, y con Guadalupe, Lady Bug. Si quien cumple años es más mayor, recurro a otra variedad de menaje.
El mantel, los vasos, las servilletas, las cucharillas para la tarta, todo a juego y precioso. El niño ha de ver que te esmeras, que de verdad tienes ganas de que vengan sus amigos. Así, se siente querido.
Además, a los niños les encanta invitar a sus amigos a casa, y si estos están a gusto, querrán volver. Esto es apostar a caballo ganador, porque te traes a los amigos de tu hijo a tu terreno, y cuentas con ventaja a la hora de conocerlos, porque entre otras cosas, los ves en su salsa. Es muy muy interesante, porque , en principio, tu hijo va a estar muchos años con esos compañeros y la posibilidad de conocerlos, así como a sus papás, es algo que no pasa todos los días. (A los padres de los niños también les gusta echar un vistazo a la casa del amigo de su hijo y conocer a sus padres).
Es verdad que es trabajo. Es verdad que luego hay que limpiar. Pero ¿sabéis qué? los amigos de nuestros hijos nos adoran. Saben que son bienvenidos. Saben que los conocemos y que les queremos. Así es mucho más difícil para ellos traicionar nuestra confianza. Incluso alguna vez han venido a vernos con independencia de que su amigo estuviera o no en casa.
Creo que el año que viene, si Dios quiere, volveremos a celebrar el cumpleaños en casa…
¡¡FELICIDADES CARIÑO!!
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