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¿Tiempo de ocio, tiempo de divorcio?

By noviembre 5, 2019No Comments

Puede ser que al llegar el mes de septiembre sólo tengas ganas de divorciarte, de tirarlo todo por la ventana.

Y es que se nos prepara maravillosamente para la vida laboral, pero para el trabajo más importante de nuestra vida, que es la vida familiar, no. Nos enfrentamos a la gran empresa que es fundar una familia, con menos armas que cuando vamos a comprar un coche.

Miramos, remiramos, preguntamos, probamos alguno en algún concesionario…y una vez es nuestro, como los niños coman dentro se oyen nuestros gritos en Sebastopol, pero ¿qué pasa con nuestra pareja? ¿y las instrucciones?

¿Tiempo de ocio, tiempo de divorcio?

La convivencia no es algo fácil, porque cada uno venimos de nuestro papá y nuestra mamá, y claro que el roce hace el cariño, pero si sólo nos rozamos en vacaciones, no sabremos convivir, y por un «quítame esas pajas», se puede armar la de San Quintín.

Vamos a ver algunas claves que pueden ayudarnos a construir bien nuestro matrimonio, porque somos arquitectos e ingenieros, no bomberos (y que me perdonen los bomberos, por favor).

1. Lo primero, deberíamos cambiar nuestra mirada

Ser conscientes de que el matrimonio, nuestra familia, es una empresa, un trabajo, que necesita tener un plan estratégico, una planificación, y en el cual los cónyuges son los Dueños, fundadores, directores generales…

2. Si ponemos al otro en primer lugar

Buscando su felicidad antes que la nuestra, hemos ganado el primer round. Y es que a menudo tenemos una idea idílica del descanso, de lo que deben ser nuestras muy merecidas vacaciones. Ponernos a nosotros como centro y medida de las cosas, no es amar.

Si la otra parte contratante está bien, tú estás bien.

Es lo que le digo a mi Jorge cuando alucinado mira nuestros armarios, o mejor, mi armario y el trocito del suyo.

3. No se trata de renunciar, sino de hablar y planificar juntos.

Para esto, nos iremos solitos a cenar y, mirándonos a los ojitos y delante de una libreta, empezaremos a estructurar nuestro verano.

Esta cita romántica la deberíamos tener cada semana, para que los canales de comunicación ya estén despejados, no hará falta cada vez empezar de nuevo.

Y planificamos todo. Desde dónde vamos a veranear, a qué vamos a hacer con los niños mientras nosotros estamos trabajando aún…

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4. Se dan muchas veces, que la familia no pasa tiempo a solas.

Pasamos x días en el chalet de mis padres (con ellos, claro) y otros tantos días con los suyos.

¿Qué pasa si no podéis iros de veraneo a ningún lado y hay que quedarse en casa sin aire acondicionado? Pues te lo voy a decir: NO PASA NADA.

foto estoy de crucero - ¿Tiempo de ocio, tiempo de divorcio?

No digo que no vayáis a bañaros a la piscina de los abuelos, pero luego, a casa. Que si te da la gana tirarte un p…te lo tiras con toda tranquilidad y punto.

Porque vuestra familia tiene un estilo propio que se ha de construir poco a poco y a base de estos ratos juntos y solos, porque es distinto al de vuestras familias de origen

Esto es fabuloso luego en la adolescencia de tus hijos ya que será verdad que los Sánchez – Tarazaga hacemos esto o aquello porque no somos los García.

Los García hacen lo que a ellos les parece, pero nosotros somos nosotros. (Respuesta eficacísima cuando te bombardeen con «¿y por qué yo no puedo…y a Perico García sí que le dejan?»)

5. Ser feliz no es la meta, es el camino. Aprender a disfrutar de los pequeños detalles, de vuestros hijos, del tiempo que tienes ahora, que en realidad es el único que tienes de verdad.

6. No te proyectes en las vacaciones. Es una carrera de fondo.

7. El amor se ha de reconquistar cada día.

«¡Pero si ya sabe que le quiero!» da igual. Se lo has de decir, no sólo demostrar, decir con esa boquita que tienes, que le quieres.

Y si no te nace, pues lo haces igual, sin nacimiento que valga, que vuelvo a repetirte que tú no eres el centro.

Un mimo, un ¿te pongo algo de beber?, un vinito antes de cenar aunque los niños estén trotando alrededor.

8. Los momentos para vosotros dos, no tienen porqué ser sólo por la noche.

La vida nos lleva a una velocidad de vértigo, y la única forma de recuperar el control es pararse y mirarse. Sí señor, buscamos algún a mediodía para comer juntos. Yo me acerco a tu lugar de trabajo (así todo el mundo me ve, sabe que soy su mujer, MARCO EL TERRITORIO, que hay mucha lagarta por ahí, o se acerca él , o buscamos un sitio a medio camino. da igual.

O dejamos a los niños a comer un día en el cole, y nosotros comemos solos en casa, con un «postre sabroso».

9. Blindad el corazón.

No abras los cerrojos del corazón a nadie más que a tu mejor parte.

Si me voy a cenar con amigas, el Gin Tonic, me lo dejo para cuando viene mi Jorge, por si me pongo un poco chispa y digo alguna tontería, y la cervecita de después de trabajar, en casa con él.

Tengo que deciros que a las cenas de empresa de ambos, vamos juntos. Si es que va a ser verdad que soy una hipopótama (os remito a la escena de la película Jumanji en la que una hipopótama con aspecto apacible se zampa en un abrir y cerrar de ojos a uno de los protas)

10. Cuenta hasta 30

Si os enfadáis, ten cuidado. Pon un centinela en tu boca, no digas todo lo que se te pase por la cabeza en caliente, que luego recoger el agua derramada es muy difícil. Vete a dar una vuelta, que te dé el aire, porque somos dueños de nuestros silencios, pero lo que ya se ha dicho, no te pertenece.

11. No os vayáis a la cama enfadados.

No sabemos nada, y a lo mejor esa noche te mueres o se muere él, o lo que sea, y no te digo nada cómo os quedaríais de mal. No, que luego te gastarás una fortuna en el psiquiatra para enderezar esto. Sale más barato un beso. Boba, si es por ser práctica.

Pedir perdón es cosa de valientes, no de cobardes, y deshace situaciones que sólo pueden romperse así. No es cosa de razones. «Perdona, no quería haberte hablado así», «no, perdóname tú».

Voy a contarte un secreto: Siendo el primero en pedir perdón no le estás dando la razón a la otra parte contratante, estás ganando tú.

«Es que no lo siente», y qué. Déjale, que ya lo sentirá, que el amor es cosa de la inteligencia y la voluntad, no del sentimiento (siento-y miento), que aquí, mandas tú, no el «corazón».

12. No critiques a su familia.

Sé que parece imposible, pero no lo es.

No sé cómo lo has de hacer, pero torea. Tiene que llegar él solito a la conclusión que tú quieras que llegue, y no me voy a extender mucho que quiero mucho a las suegras, pero a buen entendedor pocas palabras bastan, cielo.

Sólo vosotros podéis cambiar esto de «tiempo de ocio, tiempo de divorcio».

La familia es la mejor inversión que puedes hacer en la vida y necesita tiempo y cariño

Decía una santa muy santa: «Si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia».

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