Prácticamente hemos acabado el curso y empiezan las ¿ Vacaciones con niños ? Pues sí. Aunque parezcan dos palabras incompatibles vamos a ver que no sólo no lo son sino que además se complementan divinamente.

Nosotros contamos con unas cuantas armas muy poderosas, y tenemos que ser conscientes de ello.

En primer lugar, la planificación. Lo ideal es que a finales de abril-mayo nos hayamos ido con nuestro cónyuge a cenar y tengamos medio claro lo que vamos a hacer este verano. Aunque por los pelos, tranquilo, creo que aún podéis programarlo, pero sin tiempo que perder.

¿Qué es lo que vamos a planificar?

Lo que está claro es que nuestros hijos tienen mucho tiempo libre porque acaban el cole y tienen por delante dos meses y medio de verano.

Antes por lo menos tenían que cargar con las consecuencias si suspendían, así estaban enredados todo el verano, lo cual en muchos casos, como el de mis hijos, ha sido súper educativo ya que aunque sólo fuera por no volver a estar un verano pringados, lo han sacado en junio. Pero ahora suspendan o no tienen las vacaciones como todos. O sea, que hay que plantearse qué hacer para que no se pasen los días vuelta y vuelta.

El ocio mal entendido genera muchos malos hábitos, y francamente, después de estar todo un año educando, yo me niego a tirarlo todo por la borda en dos meses. .

Puede ser que los papás estén trabajando todavía, así que con razón de más tenemos que tener claro cómo pasan el tiempo nuestros niños. Desde «Escuelas de verano», «Cursos intensivos de inglés, francés, alemán o esperanto», «Escuelas deportivas de lo que te dé la gana», hasta ir a casa de mi amigo Juan a pintar la piscina y limpiar el jardín. No importa qué hagan, pero que hagan algo, y cuanto más cansados lleguen y antes tengan que irse a la cama, mejor.

También hay campamentos muy chulos. Cada uno hará lo que pueda o lo que su presupuesto le permita.

Nosotros veraneamos 30 días en la playa. Digo 30 días y no un mes porque cada año nos toca una cosa. Nuestras vacaciones son en agosto, así que si nos toca julio Jorge sube y baja todos los días al despacho. Yo trabajo con el ordenador desde casa, así que me quedo con los niños en la playa. Os confieso que me tomo unas súpervitaminas

Todos los años adelgazo, poco, pero adelgazo

.Andrés verano vacaciones con niños 169x300 - Vacaciones con niños: claves para disfrutar

En fin, que allí estoy yo solita con mis 11 hijos. Diréis que ya tengo mayores, es verdad, pero estos también dan trabajo, sobre todo psicológico, que tengo que decir que es más agotador que el otro, y además, ellos también necesitan su espacio, porque aunque la casa es de todos, y todos apechugamos, nosotros somos los padres y no de ellos, así que no sobrecargamos a los hijos mayores porque luego no quieren tener hijos.

Pero sigamos:

Resulta que en la urbanización somos un acontecimiento. La gente nos espera como agua de mayo porque damos mucho juego ya que como tenemos hijos de todas las edades, todos los niños del complejo tienen con quién jugar. Cualquier año me planteo cobrar.

Pero también me encuentro con un tipo de turismo «de paso», o lo que es lo mismo, gente que no hemos visto en nuestra vida pero que también quiere «jugar» con nuestros hijos.

En el caso de los adolescentes esto es muy muy importante porque aún no están maduros y las relaciones personales pueden ser para ellos una fuente de sufrimiento innecesario simplemente por la falta de madurez propia de su edad. Por eso les tenemos que ayudar a gestionar bien sus emociones.

Resulta difícil decirle a un hijo adolescente con quién ha de ir, pero lo que sí podemos, y debemos hacer nosotros es ponérselo fácil. Así, que me traigo a sus amigos a la playa.

Hace tiempo entendí que si te caben en el corazón te caben en todo lo demás (casa, sueldo,salud….)y esto es para mí la hospitalidad.

Nuestra casa parece un barco, por lo de las camas calientes. Se levanta uno, se acuesta otro.camas de un submarino 187x300 - Vacaciones con niños: claves para disfrutar

Somos los reyes de los colchones hinchables. Es verdad que es un apartamento y es pequeño, pero organizando bien el espacio, no hay problema: Por la noche el salón-comedor se convierte en la zona de chicos, que son unos caballeros. Y las chicas duermen en las habitaciones. La verdad es que la zona de chicos es mucho más divertida.

Esto viene fenomenal, porque por supuesto, hay unos horarios fabulosos que facilitan la vida a todos. Son más laxos que en invierno, claro, pero no perdamos de vista que para nosotros sigue siendo tiempo de trabajo, así que es de fuerza mayor no llegar más tarde de la una.

Como sabéis, y no sé qué base científica lo respalda, los niños pequeños se despiertan prontísimo, así que los adolescentes (oooohhhh, qué mal me sabe) se levantan pronto sí o sí.

Además, los chicos como están en una zona común, dejan los brazos de Morfeo a horas que yo llamaría intempestivas, porque Jorge y yo nos ponemos a trajinar por el comedor.

Nuestra casa es como el reino de Felipe II, en el que no se ponía nunca el sol.

Todos los invitados entran en los turnos de los encargos de la casa, ayudando a su amigo. Qué manera más tonta de aprovechar las cosas pequeñas de la vida para educar en solidaridad.

Por supuesto yo duermo la siesta, y los adolescentes se encargan de los pequeños: Los bajan a la piscina y luego se los llevan al parque para que yo pueda hacer la cena.guada verano vacacionea con niños 169x300 - Vacaciones con niños: claves para disfrutar

Estamos hablando de 7 amigos. Es decir, que para desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar éramos 20. En un apartamento.

Pues os voy a decir una cosa: Es una pasada. Una maravilla.

Comemos todos a la vez, nada de turnos. Ponemos unas mesas de esas de «maleta» que además luego las puedes plegar y guardar en cualquier sitio, y formamos una «T». Tengo manteles iguales para que la mesa esté bonita, y todo el mundo se sienta acogido, porque no da lo mismo comer de cualquier manera, y además cuesta lo mismo ponerla mal que bien.

Se sienten queridísimos, os lo aseguro.

Jorge llega para cenar a las 22.00 y no os podéis imaginar las tertulias tan fantásticas que se generan. Todo el mundo está a gusto. Todos quieren volver.

¡Qué maravilla! Conocemos y queremos a  los amigos de nuestros hijos.

A veces pensamos que, como el verano es para descansar, hacer esto que os cuento es impensable, pero ¿no te parece un descanso enorme conocer a los compañeros de viaje de tus hijos?¿saber con quién van?¿de qué pie cojea uno u otro?

Descanso es cambiar de actividad, pero no es parar. En verano, no dejamos de ser padres, seguimos educando.

¿Que estás cansado? bueno, nadie dijo que sería fácil. Es apasionante, sí, pero ¿fácil? y ¿descansado? No.

Todo lo importante, cuesta. Pero vale muchísimo la pena.

La felicidad de nuestros hijos, que es lo que realmente queremos todos, va directamente ligada a la libertad, que no es hacer lo que me dé la gana porque he aprobado todo y me lo merezco (cielo, es que es tu obligación).

No es hacer lo que el cuerpo te pida. Es hacer lo que tienes que hacer. Somos libres para elegir el bien, pero eso, se educa, y también en verano. Por eso hay encargos en verano, porque servir a los demás redunda en un beneficio para el que lo hace y para el resto que convive con nosotros.

El verano es un tiempo maravilloso.

Verano todos vacaciones con niños 2 1 300x300 - Vacaciones con niños: claves para disfrutar

¡¡¡ Aprovéchalo y disfruta de las vacaciones!!!!

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