Cada vez que voy por la calle y veo un camión de mudanza os confieso que siento envidia (esto también me pasa con los contenedores de escombros por las reformas), porque claro, eso significa que vas a cambiarte de casa, y normalmente vas a ir a mejor.

Por otro lado es verdad que si lo pienso fríamente me recorre un escalofrío por la espalda. He de decir que nos cambiamos de casa 4 veces en 5 años. Y la última de la que hace ya dos décadas, resultó espectacular por muchas razones. Pero fue como hacer un máster en mudanzas (lo mismo me pasó con las reformas que hemos tenido que ir haciendo en casa, si la Mafia supiera de mí, me reclutaba fijo).

Así que como no hay mal que por bien no venga, vamos a ver unas claves para hacer una mudanza aunque estés embarazada de tu cuarta hija, de reposo absoluto ingresada en el hospital con la bolsa rota y otros tres churumbeles de 3, 2, 1 años y no mueras en el intento.

  1. Lo primero que tienes que tener claro, es que hacer una mudanza en sí mismo es un deporte de riesgo. Durante los días previos e incluso a lo largo del mes siguiente no te hagas análisis ni te tomes la tensión. No vale la pena.

2. El sentido del humor es fundamental, repito: fundamental.

3. Te ahorrarás mucha mala leche con tu familia especialmente con tu cónyuge, si asumes que (salvo excepciones que sé que las hay porque conozco 1 caso), si no les has hecho a todos los miembros de tu familia un tratamiento con células madre (porque sólo las madres lo encontramos todo, ya lo sabéis), ninguno encontrará nada y la mayor parte del trabajo de ese que sube la tensión te va a tocar a ti. Lo digo porque si te vas mentalizando tienes más posibilidades de sobrevivir.

Esta premisa también cuenta aunque tengas el privilegio de contar con los servicios de un Organizador Profesional

En mi caso yo representé el Poder legislativo, mi Jorge el Poder Judicial, y mi madre el Poder Ejecutivo. ¡¡Vivan las madres!!

4. Es un momento óptimo para hacer limpieza. Sin piedad. Deshazte de todo lo que puedas.

El 95% de la mudanza la tienes que hacer con tu cabeza, y aquí la planificación juega un papel fundamental.mamá orden - 18 Claves para hacer una mudanza y encontrarlo todo.

 

5. Coge una libreta y dibuja dónde vas a poner los muebles en la casa nueva. Antes habrás de tener medidas de las habitaciones y de los muebles.

6. Asigna las habitaciones y se lo cuentas a tu familia para que todos sepan dónde van a ir, así también podrás escuchar su opinión, que a veces tienen buenas ideas.

7. Te recomiendo que las cómodas o baúles los transportes con el contenido. Envuélvelos con una manta y luego con precinto lo aseguras. El precinto tiene mala sombra porque se queda pegado a la madera y luego cuesta de quitar, e incluso te puedes llevar una parte, lo cual es una pena, por eso lo de la manta.

El orden de los armarios también debes organizarlo en tu libreta:

8. Dibuja el armario por dentro y ubica todas las cosas. Lo ideal sería que antes etiquetaras cada cajón y cada zona del armario para que luego los niños puedan guardarse sus cosas y tú las encuentres también.

9. Las cajas con el nombre de la habitación a la que van. Esto es muy muy importante. Cada caja que la metan directamente en la habitación correspondiente. Luego ya las sacarás tú con tranquilidad, pero por lo menos sabes que en esas cajas que pone salón no está el exprimidor.

La organización de tu nueva cocina la tienes que tener en tu mente y en tu libreta impresa como si fueras la protagonista de Prison Break. Si es necesario, tatúate.

10. Es verdad que muchas cosas sabrás dónde ponerlas conforme vayas viviendo en la nueva casa, pero si no quieres desesperarte, por lo menos ten claros cubiertos, vajilla, cacerolas y sartenes. Aprovecha para renovar los tuppers, y a lo mejor también vale la pena que revises sartenes y trapos. Comprar algún mantel nuevo hace mucha ilusión y levanta la moral.

11. Lo ideal es que la mudanza lo embale y te lo monte todo (algunas incluso te colocan las cosas en su sitio, pero claro, contratarás los servicios en función del presupuesto que tengas.).

12. Si puedes ir guardando cosas que uses poco como la ropa de otra temporada, o los edredones y mantas si estamos en verano, la cristalería de Bohemia, la vajilla de tu madre, mantelerías, cajas de Navidad….

13. Prepara un kit de supervivencia. Piensa que cuando llegues a la casa nueva temporalmente viviréis inmersos en el caos, así que una manera de minimizar el estrés es que prepares maletas por ejemplo con alguna muda, el cepillo de dientes, pañales para el pequeño….

Importantísimo que tengas localizados documentos importantes como el libro de familia, título de familia numerosa si es tu caso o las tarjetas sanitarias.

14. Si tienes hijos mayores, planead la mudanza con ellos, a lo mejor en una «Asamblea Familiar». Es bueno que los hijos participen de estas cosas porque así también ellos pueden asumir algunas responsabilidades, y la carga siempre es más ligera.

Es verdad que «viajero que viaja solo viaja más rápido», pero mi abuela decía que «el que viaja acompañado llega más lejos»

¡¡Vivan las abuelas!!. Delega. Delega, y confía en que lo van a hacer bien. Luego tú revisas y punto.

Piensa que las cosas se pueden hacer de distintas maneras. Sofócate lo justo.

15. Lo ideal es que haya alguien en la casa vieja y alguien en la nueva. En cuanto se acabe de cargar todo, corriendo nos vamos los dos a la nueva, que estará recién pintada. Esto nos da muy buena sensación. Parece que empiezas de cero. (Salvo que sea una casa de obra nueva, claro).

16. La ropa podemos transportarla en armarios de cartón porque es más fácil colgar y descolgar (la ropa llega en mejor estado), que descolgar, doblar, y volver a guardar, a parte de que lo normal es que lleguen las cosas hechas un higo.

Cada uno guarda sus cosas, y luego las coloca. Las cajas que se vayan vaciando se desmontan y se tiran. No acumules basura.

17. Invita a los amigos de tus hijos a una merienda Pantagruélica y les pides que te ayuden a guardar cosas. No te preocupes de si te han colocado los libros en las estanterías por temas, lo importante es ir vaciando cajas. Psicológicamente ir viendo cómo la casa va cobrando forma es importante. Recuerda que lo óptimo es enemigo de lo bueno.

18. Por último, ¡¡Celebra la mudanza!! Con tus hijos, tu cónyuge, con los amigos de tus hijos, llama al cura y que bendiga la casa, lo que quieras, pero celebradlo. Agradece el trabajo en equipo. Así querrán volver a ayudarte cuando lo necesites.

Y ahora, a convertir esa casa en un hogar.

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