En la economía doméstica juega un papel muy importante la Cesta de la compra.

Cuándo, cuánto, y cómo organizamos después la cesta de la compra en nuestra despensa nos va a dar mucho de qué hablar, y ¡qué oportunidad de oro se nos presenta para educar!

Cada familia es un mundo, y cada una decide cómo organizarse.

Nosotros, la verdad, hemos hecho de todo: Al principio aprovechábamos el fin de semana para ir a algún centro comercial.

Los niños eran muy pequeños así que llevábamos el carrito del bebé y el del supermercado donde llevábamos a las niñas (la mayor tenía aún tres años cuando nació la cuarta) y las cosas que íbamos comprando que en el Centro Comercial eran pañales, toallitas y lácteos.

Hacíamos un tetris entre todo. ¿Qué pasaba el 90% de las veces? pues que cuando llegábamos a la caja se habían comido muchos de los productos que habíamos cogido, así que, pagábamos los envases vacíos y vuelta a empezar.

Luego empezamos a comprar en otro súper que conocíamos de cuando estuvimos en Alemania porque mi Jorge estaba haciendo la tesis y como no existía internet había que ir allí a fotocopiar los materiales in situ. Me convertí en una experta fotocopiadora con una mano y un bebé en brazos.

Así, que cuando vimos que ese supermercado estaba aquí también nos hizo mucha ilusión ir a comprar, además, como no te lo llevaban a casa era una oportunidad de educar en el trabajo colaborativo. Creo que los dependientes esperaban con ansia que no fuéramos cada sábado, pero era un espectáculo vernos, y los abuelitos que hacían la compra se lo pasaban pipa viendo a los niños. Por entonces ya teníamos 7 hijos. Claro, era colaborativo, pero también muy cansado y resulta que al final nos pasábamos una gran parte del fin de semana con la compra. Es verdad que resultaba más barato, pero es que el tiempo también vale dinero.

Resultaba agotador del todo porque eran unos tres carros a la semana (aún había mucho pañal y papillas), y había que meter cada cosa que coges en el carro, luego sácalo y ponlo en la cinta para que lo cobren, y después mételo en bolsas, que a continuación tenías que meter en el coche con todos los niños dentro. Teníamos suerte cuando los huevos llegaban enteros o las fresas no estaban para hacer puré. Con los tomates ni me lo planteaba: gazpacho.

Luego, en casa mételo todo en su sitio. Sólo de contarlo estoy para irme a la cama.

Los deseos de los empleados de Lidl se vieron realizados, y dejamos de ir allí con los niños. Creo que causamos alguna baja por estrés.

El supermercado que está cerca de mi casa tiene «servicio a domicilio». Cuando voy con los niños, cojo la lista de la compra, la corto en trozos y de dos en dos los mando con su pedazo de lista y una cesta para que vayan cogiendo cosas. Si te decides por esta modalidad de trabajo en equipo es muy importante que a tus pequeños colaboradores les expliques muy bien lo que tienen que hacer, porque una vez Juanito lo que hizo fue darle la lista a uno de los trabajadores para que cogiera todo y luego lo guardara en la cesta. Casi se muere el jefe de tienda.

La verdad es que aprenden con la práctica, a ser resolutivos, porque cuando no encontraban alguno de los productos de la lista, traían otro parecido. Les dejaba decidir. Si había alguno aprendiendo a leer, era genial porque claro, tenía que leer, y ponerlo con cuidado en la cesta, separar el fresco de lo demás, etc, etc….

Otras maneras de hacer la Cesta de la compra:

¿Comprar on line?

Pero como cada familia es un mundo y cada época también va siendo distinta, en el embarazo de nuestro décimo, empecé a hacerla por teléfono. Y ¿por qué no comprar on line? Pues porque no me aclaro, pero por teléfono me arreglaba fenomenal, yo le decía a la persona que me cogía el teléfono: ¿me podrías leer la última compra? y así luego íbamos añadiendo o quitando productos. En 10 minutos la compra hecha y donde me pillara. Ahora sólo se puede comprar on line, así que seguramente me tenga que poner las pilas o cambiar de proveedor.

                                 gestión de compra 3 - La Cesta de la compra y una despensa ordenada

La última vez que hice la compra por teléfono, me quedé dormida y me desperté cuando desde el otro lado del teléfono oí repetidamente mi nombre y me sobresalté con un ronquido (negaré haber dicho que ronco). Cuando llegó la compra, resulta que me trajeron como 18 bandejas de champiñones, que yo no recuerdo haber comprado. Se ve que cuando cerré los ojos seguí hablando, y toma ya: champiñones para dar y vender. Vamos a ver el lado positivo: Podía haber sido papel higiénico y entonces a ver dónde lo guardo.

Se solucionó todo muy bien: lunes, crema de champiñones y filetes con champiñones al ajillo, martes, pechugas con champiñones, miércoles, tortilla de champiñones, jueves otra vez crema de champiñones, viernes ensalada con champiñones así dejados caer y espaguetis carbonara con champiñones. El sábado invitamos a unos amigos con cinco hijos a comer para acabar ya con los champiñones. Todo arreglado.

De vez en cuando voy físicamente, sobre todo por ver en vivo productos nuevos.

A mí me encantaría poder comprar unas cosas aquí y otras allá por precio, calidad…. pero lo óptimo es enemigo de lo bueno, y hoy por hoy compro todo en el mismo sitio, sobre todo por el tiempo, que el tiempo también vale dinero.

Antes de hacer la compra, un truco para abaratar es hacer un menú semanal y hacer la compra en función de lo que vas a necesitar. De esto hablaremos en otro post, pero por favor, no te martirices, cosas sencillas y accesibles.

A mí me gusta tener algo por si tenemos invitados inesperados, que siempre son bienvenidos.

Una despensa ordenada es importante.

Botes iguales y transparentes lo suficientemente grandes para que te quepa bien lo que quieres meter pero que no se coma todo el espacio disponible.

despensa ordenada pinterest - La Cesta de la compra y una despensa ordenada

Las bebidas en la parte de abajo. Mete algunas en la nevera, y lo que mola mogollón es tener jarritas para la cerveza en el congelador. Triunfas seguro. Se sienten super queridos cuando sacas la cervecita con la jarra helada.

Los tarros de cristal es mejor guardarlos en la parte de arriba para que el bebé cuando te abra el armario, que les encanta, no se le rompan y tengamos un disgusto. Deja también las latas a su alcance. Así lo tienes entretenido un rato, igual que los tuppers. Si no puedes con ellos, únete a ellos, ya sabes.

Luego pastas, arroces, legumbres. Que los botes cierren bien y evita los paquetes con pinza que es fácil que se te llenen de bichos.

Los desayunos los ponemos cerca de las tazas….como sugiere muy acertadamente María Gallay

Las patatas fritas y marranadas que saco los domingos, bien altos, que si no se los comen.

Pan de molde, de hamburguesas, perritos, cerca de los desayunos.

El centro es tu familia, y lo que te toca a ti es mejorar la vida familiar en lo que sea posible.

La gestión de la compra no es lo más importante. No te preocupes, habrá veces que lo harás mejor que otras, pero ¡bravo! lo has hecho. No te castigues demasiado por no cumplir las expectativas que te habías marcado. No eres Superwoman.

¿Comprar on line? ¿Comprar por teléfono? ¿Comprar en directo?

Qué más da, lo importante es que comen, ¿no?

 

 

 

 

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