Se nos prepara fenomenal para la vida laboral, pero para la familiar, conyugal y del Hogar, no.
Sin embargo, cuando en casa las cosas van bien, en el resto de ámbitos de nuestra vida todo marcha.
Cada familia es única, pero lo que anida en el corazón de todas es lo mismo: Sentirnos y sabernos queridos, conocidos y reconocidos en un lugar al que pertenecemos y queremos volver, donde descansar y crecer. El trabajo de casa es tan importante como el de fuera. Desde mi cocina puedo cambiar el mundo, es el horno donde se fragua la salud y la alegría de toda mi familia. A veces podemos sentir que el orden familiar nos asfixia.